lunes, 11 de julio de 2011

Lure

Aún recuerdo aquellas mañanas lluviosas, tan nubladas en las que ni tan siquiera se podía observar el sol en el firmamento, todo era como una gran fuente de luz inidentificable encima de la totalidad de gris. En aquellos momentos me deleitaba escuchando todas las melodías que me recordaban a ti, subía el volumen de mi reproductor a niveles casi insoportables para opacar el ruido que hacía la desagradable música del autobús. Cuando ya llegaba a mi destino me dirigía por los caminos del lugar, por el césped mojado con su característico olor de tierra húmeda bajo mis pies, aún escuchando aquellas melodías que me hacían añorar una conversación contigo.

Aquella fue la primera y única vez que sentí algo similar al enamoramiento a distancia, en mi casa ni tan siquiera tenía conexión a internet, así que tenía que acudir a un café o a la casa de mi padre, que para mi suerte está ubicada en el departamento de la segunda planta, ahí podía reunirme apaciblemente con mi ilusión, con aquella misteriosa y oscura dama que me repetía incesantemente que sentía que se estaba enamorando de mí, utilizaba exactamente este medio para colocar una hermosa imagen con matices góticos y decir en sus comentarios lo mucho que me amaba de una manera abierta… nunca colocaba nombres, yo bien sabía que jugaba con muchos, no podía darse el lujo de cerrar posibilidades.

Si viera de nuevo sus ojos grises aunque fuese por cámara, como hacíamos antaño, contendría la respiración unos segundos, eran impresionantes, la tonalidad de aquellos irises era tan fría como su corazón, quizás no mienten al decir que los ojos son las puertas del alma, con ella como ejemplo es perfectamente aplicable a mi parecer. Decenas de poemas fueron creados en su honor, miles de melodías fueron escuchadas mientras que la presencia de ella se mantenía presente en las imaginaciones, me había obsesionado de una manera un tanto enfermiza, no éramos pareja, oh no, no la éramos… fuimos ‘amantes’ si es que eso es posible por este medio, tuve otros amoríos mientras tanto pero al final cuando me despreciaban o simplemente me aburrían utilizaba a mi dama de ojos claros para ahuyentarlas y ella con gusto las espantaba para mí.

Pero nunca me sentí importante para ella, a pesar de que me decía que viajaría a mi país, que pasearíamos en motocicleta hasta el anochecer y nos refugiaríamos bajo el manto nocturno adornado con luminiscentes estrellas para hacer el amor una y otra vez. Quizás su apasionamiento me fue alejando poco a poco de su presencia, me contaba sus experiencias con sus amantes personales de allá donde vivía, quizás todo eso fue distanciándome poco a poco sin importar cuánto me atraía y sin importar que me dijera que yo era más importante que toda esa gente, bien que no podía quejarme porque yo también tenía mis amores, aventuras de carne y hueso, pero nunca actuaba de esas maneras tan desbocadas y apasionadas con tales personas, ella era simplemente una sensual joven que disfrutaba al máximo de los sentidos que le fueron otorgados… y como me gustaba, tanto, tantísimo.

Sin embargo ahora podría comunicarme con ella y no lo hago, ya no me interesa, todo aquello que sentía hace años fue superado y olvidado de una manera tan repentina que parece sobrenatural, pero a pesar de todo eso siempre supe que me extrañaba porque espiaba de vez en cuando sus blogs y ahí escribía lo mucho que le hacía falta, con ausencia completa de nombres o motes, como siempre… pero yo estaba plenamente seguro de que hablaba de mí.

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